Aisa Ibáñez Coba cursa 3º de ESO en el IES San Lucas, de Sanlúcar de Barrameda
La polémica sobre el
tiempo de estudio que emplean los estudiantes en sus casas siempre ha estado
presente. Ahora, en estos últimos años parece que se ha agudizado. Hay muchos
que piensan que los deberes son positivos, pero también hay muchos que piensan
que en exceso son malos, ya que pueden llegar a frustrar al estudiante. Los del
primer grupo argumentan que así se ayuda promover el hábito de trabajo y
estudio y que puede llegar a ser satisfactorio para el niño, que podrá sentirse
realizado. Los que se muestran en contra dicen que los niños no tienen tiempo
de jugar ni de estar con su familia y que eso, hablando de un niño, es bastante
triste.
Recientemente, en 2012
hubo en Francia una “huelga contra los deberes” impulsada por la Federación de
Consejos de Padres de Alumnos de Francia (FCPE), dando apertura a e a activar
el debate en los diferentes foros respecto a si los deberes son positivos o no
para el aprendizaje de los niños. Bajo el lema “Ce soir, pas de devoir” (esta
noche, ningún deber), la mayor asociación de padres de Francia logró convocar
una huelga de 15 días sin tareas escolares. Esto dio lugar a que en nuestro
país la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos
(CEAPA) propuso una experiencia similar a la francesa, incidiendo en que “los
deberes representan el fracaso del sistema educativo”. Lejos de rechazarlos en su totalidad, la
visión que defendían era la de dedicar las tareas educativas fuera de la
escuela, a aquellas labores que supongan una formación complementaria en
bibliotecas o museos, con la ejercitación de la lectura, la investigación y el
uso de las nuevas tecnologías.
Para tener una visión
más objetiva y global, veamos el tiempo medio que ocupa el trabajo de los
deberes en casa en otros países.
Se puede apreciar que
Finlandia tiene una media de unas 2h de trabajo en casa semanales, ¿qué pasaría
si les dijéramos que es el país número 1 en educación? Así es, los niños
finlandeses son los mejores preparados profesionalmente, solo el 8% no termina
sus estudios y la mitad de los niños de 4 y 5 años van a guarderías, no se
escolarizan hasta 7 años. Dos años
después, sus puntuaciones son mejores que el resto de los países estudiados por
la OCDE (Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos es una organización de cooperación
internacional, compuesta por 34 estados). Durante los
primeros seis años de la primaria los niños tienen en todas o en la mayoría de las
asignaturas el mismo maestro, que vela
por que ningún alumno quede excluido. Es una manera de fortalecer su estabilidad
emocional y su seguridad. Hasta 5º no hay calificaciones numéricas. No se busca
fomentar la competencia entre alumnos ni las comparaciones.
Sin embargo, en España
que es el quinto país donde más tiempo dedican lo estudiantes al trabajo en
casa, 1 de cada 3 niños deja sus estudios sin acabar la enseñanza secundaria es
decir el 33,333…%
Eva
Bailén y su hijo (Fuente: El País)
En nuestro país,
siguiendo reacciones parecidas producidas en otros, una madre Eva Bailén
(ingeniera en Telecomunicaciones y autora de un blog
sobre nuevas tecnologías en el ámbito familiar),
ha iniciado hace poco una batalla en contra de los deberes. Afirma: “Yo no era contraria a los deberes, pensaba
que era bueno que los niños hicieran algo en casa y no estuvieran toda la tarde
holgazaneando", explica. "Hasta que ves que tu hijo día tras día
acaba llorando, que no ha podido jugar, que no es feliz”
Después de hablar con
el director del colegio de su hijo, y no encontrar solución, decidió emprender
una campaña de concienciación en contra de los deberes, con recogida de
firmas en change.org.
Esta campaña lleva el nombre de “Por la
racionalización de los deberes en el sistema educativo español”, y lleva ya
cerca de 130.000 firmas. En el texto de la petición podemos leer “Un exceso de deberes supone una gran
frustración para un niño que quiere concluir el trabajo asignado y ve cómo éste
le sobrepasa y el cansancio no le permite seguir estudiando. El rendimiento de
los niños empeora si a la jornada escolar se añade un exceso de tiempo para los
deberes”
Enric Roca, profesor de
Ciencias de la Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona afirma: “No
hay ningún estudio que demuestre que los deberes son garantía de éxito
educativo, ni tampoco lo contrario", lo que no es tolerable es que las
tareas en casa se conviertan en un ejercicio tedioso y aburrido porque eso es
contraproducente para los niños”.
Recogemos también las
conclusiones a las que en un estudio específico llegó José Antonio Marina,
según muchos uno de los pensadores más importantes de este país, últimamente
dedicado especialmente al tema de la Educación; por ello trabaja en la
Universidad de Padres. Su última frase
fue “Lo importante no es que el alumno ‘estudie’, sino que aprenda. Y conseguir
esto es un arte”
Estas son sus
conclusiones:
1.- El lugar de
aprender las disciplinas académicas es la escuela. La tradicional idea de que
en la escuela se escucha y en casa se estudia no es de recibo en primaria y
secundaria. Los padres no pueden ser maestros de sus hijos.
2.- Las actividades de
repaso son necesarias, y si se hacen, por ejemplo, tres o cuatro horas después
de haber aprendido algo, son extremadamente eficaces.
3.- Hay actividades que
necesitan un entrenamiento repetitivo (la lectura, por ejemplo) que puede
exigir más tiempo del que se le puede dedicar en la escuela. En eso, la ayuda
de los padres puede ser necesaria.
4.- Es importante que
los padres demuestren interés por lo que sus hijos han aprendido. Mientras les
hablan de ello, lo están repasando.
5.- En casa, los hijos
pueden aprender otras muchas cosas extraordinariamente importantes:
responsabilidad, organización del tiempo, valoración del trabajo. Las “tareas
de casa” son tareas muy educativas.
6.- Cada niño aprende
de una manera diferente, a una velocidad distinta, con unos intereses
especiales y con unos recursos y unas dificultades propias. Por eso, el ideal
-sin duda muy difícil en las actuales circunstancias de la escuela- sería que
el profesor graduara la cantidad de deberes de cada niño, teniendo en cuenta
sus circunstancias concretas…
7.- En general, nos
parece sensata la regla de los 10 minutos propuesta por el profesor Harris
Cooper, de la Universidad de Duke. El autor considera que los alumnos que hacen
deberes tienen mejores resultados que los que no, pero solo si lo hacen con la
calidad y cantidad adecuada…
8.- Lo importante no es que el alumno
‘estudie’, sino que aprenda. Y conseguir esto es un arte.”
Conozcamos ahora la opinión de dos personas que, además de padres, son profesores.
Añadimos una
reflexión de un escritor, Gustavo Martín Garzo que, además escribir novelas
para adultos, se ha dedica también a la literatura infantil. Y dice:
“Sólo siendo una escuela literaria el adulto
acertará a ponerse en el lugar de los niños y a mirar por sus ojos. Porque es
verdad que los niños van a la escuela a aprender una serie determinada de
saberes, matemáticas, geografía, ciencias naturales, pero también a hablar con
esa voz que sólo a ellos pertenece y que hay que saber escuchar”
En conclusión, parece
que, como en muchos casos, hace falta es un término medio al que se puede llegar con la comunicación y
la enseñanza. Lo que es indiscutible es que el debate sigue estando sobre la
mesa. Y se nos queda pendiente.
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo” (B.Franklin )
FUENTES:
El País
Ceapa
publico.es
joseantoniomarina.net